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CUANDO SENTIR MÁS Y PENSAR MENOS, ES COSA DE NIÑOS

Pues ayer me lancé a la proyección de los cortometrajes ganadores del Festival de Cine de Morelia 2014. Cada que voy a este tipo de proyecciones, salgo con un mensaje padre y obvio ayer no fue la excepción.

Fueron seis los cortos proyectados, con diferentes temáticas y entre ellos, estaba el corto animado 9:30 a.m. Un corto de ocho minutos, un corto, que se convirtió en el mejor mensaje que pude tener para este día del niño.

La historia hablaba de Ernesto, un niño que pasaba las vacaciones con su abuelita haciendo actividades comunes y corrientes; todo era casi como una rutina: desayunaba hot cakes recién hechos, jugaban al dominó y veían llegar la noche sentados en las mecedoras de su porche. Un día sus actividades fueron interrumpidas por obras y ruidos que hacían los trabajadores para arreglar el vecindario; el ruido era tan molesto, que a la abuelita de Ernesto le ocasionaba una fuerte jaqueca, y no tenía ganas de hacer nada. No más juegos de dominó y dormía tan temprano que ni ver como llegaba la noche le interesaba.

Ernesto, entristeció mucho, y añoraba con todo el corazón, que esa rutina, y esas actividades tan simples volvieran a la normalidad…

Los colores, la historia, y desde que vi la primera escena me puso la piel chinita. Me dio mucha nostalgia y me transportó inmediatamente a los asuetos y fines de semana con mis abuelos; cuando nos quedábamos a dormir mis hermanos y primos. Mis abuelitas Julia y Lupita, eran el amor en carne y hueso. Siempre que me quedaba con cualquiera de las dos, me hacían el desayuno, además de contarme historias y mil remedios caseros para todo.

Pero lo que más me marcó es que es muy cierto, muchas veces, despreciamos las cosas más comunes, más cotidianas. Y cuando ya no las estamos viviendo, las extrañamos tanto. En mi caso, por ejemplo, recuerdo que de niña íbamos tan seguido a casa de mis abuelos que me aburría, o se me hacía algo muy normal. Pensabas que esos momentos nunca terminarían tal vez. Pero ahora que mis abuelas ya no están físicamente conmigo, son recuerdos de oro que guardas y esperas nunca olvidarlos. Recuerdos que reviví ayer, con el corto 9:30 a.m. y su mensaje de “sentir más y pensar menos”. Parece sencillo ¿no?

No me queda más que recomendarles totalmente el corto, y si lo ven anunciado en algún cine de su ciudad, no duden en ir a verlo.

Para que se den una idea, les comparto el trailer:

Caro.

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